Donde Anidan Los Sueños

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Donde anidan los sueños....
RECORDAR QUE EL AMOR ES EFÍMERO
QUE LA NOSTALGIA SE APODERA DE NUESTRO CORAZÓN
PERO LOS SUEÑOS PERMANECEN
EN LO MÁS RECÓNDITO DE NUESTRA ALMA
AQUELLA ESENCIA QUE SENTIMOS AL ALZAR LA MIRADA
EN LA POESÍA
ADENTRAROS EN MI MUNDO
DESCUBRID LA BELLEZA DE LA PASIÓN.
Elvira Mariano D Ambrosio

jueves, 15 de octubre de 2015

Esperanza

Miro dentro de mi
Siento, el palpitar de mi corazón
Me estremezco con la dulzura
De mi Alma dormida

Entre sabanas blancas
De puro algodón
Suspiro con un beso
Un beso lleno de pasión

A muerto la esperanza
En  un mundo lleno de sinsabor
Donde la gente duerme
Sin ninguna ilusión

Salvemos al mundo
De tanta perdición
Pues es cierto que el hombre
Vive sin ilusión

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Poemas A Pablo Neuda

Poemas A Pablo Neuda
Gracias por tener el placer de haber contribuido a este homenaje A Pablo Neruda

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Antología de mis poesías

El Diván de la nostalgia

El Gran Cultivador

El Gran Cultivador
Autor :Jordi Matamoros Sanchez

EL SUEÑO

Una magia desconocida para mi,

note como se me erizaban mis sentidos,

Era el mundo de los sueños.

De repente note como si me desplazara

a otro lugar, un lugar en el que jamas

habia estado.

Era una pequeña casa lejos de todo.

Donde resoplaba el viento suavemente.

No sentia miedo sino una especie de latido

que me recorria el cuerpo.

Delante de mi habia un arbol centenario

en el cual se escuchaban voces lejanas.

Como si de un cuento se tratara, en el que

estaba sumergida.

Habia un lago a lo lejos donde miles de hadas

Bailaban jugaban.

Era maravilloso era excepcional.

Decidi adentrarme en aquel lago

y me di cuenta que habia alguien

al otro lado.

Era alguien que conoci en otro tiempo

Alguien al que recordaba con cariño.

Donde habia ido a parar?

A un lugar donde viajaremos todos sin

Excepcion.

Era mi padre aquel ser al que habia amado

con todas mis fuerzas.

Me miro y note que me habia reconocido.

Desperte de aquel sueño y todavía aun

Lo recuerdo como si fuese ayer.

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El Desvan


Note que se me estremecía el alma, ante aquel ser perfecto.

Como salido de un cuento de hadas.

Me miro con sus ojos almendrados de un azul deslumbrante

Penetrando en mí como una lanza.

Sentí como mi corazón palpitaba sin cesar, cerré los ojos y ya no estaba cuando alce la mirada de nuevo.

Me preguntaba donde había ido tan sutil, Tan bello.

Estaba soñando o tal vez no era un sueño.

Como averiguarlo.

Le buscaría ese era ahora mi objetivo encontrarle, aunque tuviera de recorrer el mundo entero.

Pero donde buscarle no sabia por donde empezar.

Por la mañana tendría de salir urgentemente a casa de mi anciana abuela.

Hacia años que no la visitaba aunque no me lo tenía en cuenta sentía la nostalgia del pasado dentro de mí.

Un pasado que volvía para recordarme a mis padres, aquellos seres maravillosos que por desgracia ya no estaban, un accidente de tráfico acabo con ellos.

Por fin vería a mi abuela, tan sutil, tan amable, había sido una mujer muy bella y aun lo seguía siendo, a pesar de los años que tenía.

Después de un largo camino la tenia delante de mí, me sonrío y me hizo pasar al salón.

-Abuela: Cuanto tiempo mi amor sin venir a visitar a tu anciana abuela ¿Cómo Estas?-.

- Muy bien abuela disculpa por haber dejado de venir a verte ya sabes me trae muchos recuerdos este lugar-.

-Abuela; Le comprendo hija-.

-Abuela; Pero siéntate ¿quieres una taza de te?-.

-Si abuela te lo agradecería-.

Seguía absorta en sus pensamientos, mirando la casa, aquel salón que le retornaba a su infancia.

Una infancia plagada de sentimientos, risas y sobre todo juego.

Recordaba aquel columpio que tantas veces había utilizado.

Como golpeaban sus pies en el suelo y rebotaban con un ruido peculiar contra el suelo.

Era hora de descansar el viaje había sido muy largo y María, necesitaba coger fuerzas para afrontar todo lo que le sucedería.

La noche era fría mas de lo habitual y se oían a lo lejos ruidos que hacían que María no lograra conciliar el sueño.

Se incorporo de un sobresalto, recogió su pelo, su hermoso cabello de color como el oro , se miraba en el espejo y noto como los años iban dejando huella en su rostro, aunque aun era joven tendría de aprovechar el tiempo.

Decidió salir al jardín y exhausta con sus pensamiento percibio unas pisadas, le entro el pánico y corrió hacia la casa, donde al acercarse a la puerta estaba su abuela de pie mirándola extrañada.

-Abuela; ¿Que te pasa?-.

-Abuela; A que viene esta desesperación-.

-No podía dormir abuela y he oído unas pisadas extrañas hay fuera-.

Abuela; Vamos, Vamos a la cama, son imaginaciones tuyas.

Se fue sin rechistar hacia la habitación una habitación un poco tétrica, antigua con los muebles comidos por la carcoma.

Mañana Será otro DIA pensó y entre pensamiento y pensamiento logro conciliar el sueño.

Recordaba un viejo desván pero no exactamente el lugar preciso donde se hallaba.

-Hora de desayunar, vamos que sino no llegaremos-.

- A donde hemos de ir, me gusta la tranquilidad-.

-Abuela: Ya lo veras te hará ilusión confía en mi-.

Que le había preparado su abuela era un misterio.

Salieron a toda prisa de la casa y se dirigieron a un lugar donde resoplaba el viento y los pájaros cantaban hermosas melodías, un lago a lo lejos le hizo recordar su pasado.

Se sentó junto a su abuela en un banco de madera y mirando hacia el suelo veía como las hojas rechinaban al pisarlas, sintió un escalofrío que le inundo todo su ser.

Al alzar la mirada esta el delante de ella como una estatua de marfil, Tan bello, tan efímero, que se asusto.

-¿Quien eres?-.

Pero no obtuvo contestación.

Se esfumo al igual que había aparecido, que extraño era todo aquello.

-Abuela, quien era ese chico tan perfecto que estaba mirándonos-.

-A quien te refieres no he visto a nadie, es que acaso tienes fiebre-.

-Le he visto, no lo dudaría ni un momento, no estoy loca sabes, aunque un poco absorta en mis pensamientos, Será eso-.

No dudaba de su cordura pero lo había visto dos veces en su Vida ¿era una coincidencia?, ¿tendría relación con su abuela? se hacia tantas preguntas que tendría que averiguar que pasaba.

Al llegar la noche decidió salir de nuevo al patio, haber que le deparaba la noche, una de aquellas noches nítidas, despejadas,

Se sentó en el columpio como tantas veces había hecho de niña, dejando volar su imaginación.

Siempre había tenido una imaginación fuera de lo normal, decían que había sido una niña soñadora y no se equivocaban, tal vez era fruto de su imaginación, pero no era el caso, esta vez era real.

Recordó donde se encontraba aquel desván apartado de la casa, tan solo tenia de seguir su intuición, que nunca le había fallado.

Entro suavemente arrastrando sus pequeños pies, para no hacer el mínimo ruido, que se escondía en aquel lugar.

Eran de madera sus paredes, hasta aquel baúl que relucía a lo lejos que escondería, tenia un candado, pero donde se hallaría la llave, tendría de encontrarla, tal vez ahí estaban las respuestas a sus preguntas.

Sintió un escalofrío por su cuello, no se atreve a girarse es como si en aquel lugar, se hallara algo que reconocía, aquel olor le era familiar.

Era un olor suave perfumado de antaño, irreconocible.

Presa del pánico corre hacia la casa, asustada, pero tendrá de disimular delante de su abuela, no será nada fácil.

Lentamente con paso seguro entra en la casa y se dirige a su habitación, tiene que pensar donde hallar la llave del baúl.

Pensó donde hallarla tal vez esta escondida en un sitio seguro y tal vez su Abuela tenia una noción de ello.

Cuando su abuela se fue a dormir, sigilosamente bajo por la escalera lentamente para no despertar sospecha.

Se dirigió a la puerta de entrada y salio al patio.

No sabía por donde empezar y de pronto se le ocurrió que podía estar debajo de aquel columpio de madera, que tantas veces se había columpiado.

Escarbo en la tierra y por fin hallo la llave que tenía una inscripción: No abras el Candado.

Corriendo salio de aquel lugar y se dirigió al desván para abrir el candado que poseía el baúl.

Le temblaba las manos y de repente esta detrás de ella su abuela, mirándola fijamente.

-¿Qué crees que estas haciendo?-.

-Abuela nada tan solo tenia curiosidad por saber que se esconde en este viejo baúl-.

-Esto no te incumbe respondió la abuela con un aire de superioridad-.

Salio del desván a toda prisa asustada ante los acontecimientos porque su abuela actuaba así, que escondía tenía de averiguarlo, pero no era el momento, buscaría el momento apropiado.

Corrió hacia su habitación presa del pánico y cerro el pestillo golpeando sin cesar la puerta la abuela, desde el otro lado le dijo unas palabras un poco extrañas.

- Que crees que haces, rebuscar entre mis cosas, mis cosas son mías y no debes volver al desván están son mis reglas si decides quedarte a vivir aquí-.

No musito palabra solo un suspiro se escapo de sus labios.

No entendía la actitud de su abuela pero lograría dar con la verdad.

-¿María? -

- Si abuela-

Que quería su abuela después de lo que sucedió la noche pasada un escalofrío recorrió su cuerpo.

-Ya voy abuela espera que me vista- Será un momento-.

Bajo las escaleras de dos en dos y se dirigió al salón donde estaba su abuela.

-Abuela disculpa no quería hurgar entre tus cosas pero tengo curiosidad por saber que hay en el baúl-.

-Me enfade un poco la verdad pero quiero que me prometas que seguirás al pie de la letra mis indicaciones, sino de lo contrario habrás de abandonar esta casa-.

No entendía aquellas palabras, lo que había en ese baúl tenia de ser un secreto muy importante para que su abuela no lo compartiera con ella.

No se quedaría quieta ahora mas que nunca tenía que indagar.

Espero a que la abuela fuera a dar un paseo como solía hacer y ella aprovecharía para encontrar la llave y por fin abrir el baúl.

- Voy a salir no tardare mucho-.

Era el momento de ir a la habitación de la abuela a buscar la llave, abrió los cajones uno por uno y no la hallo.

Maldita sea ¿donde estará esa maldita llave?

Seguro que la lleva encima vaya desastre ahora que puedo hacer.

Sintió como se abría la puerta de entrada, era su abuela que volvía del paseo.

Abuela ya estas aquí que pronto has venido, estarás cansada porque no te estiras un rato mientras te preparo el baño.

La abuela asintió con la cabeza y se retiro a sus aposentos a la espera de aquel baño gratificante.

Se quedo exhausta después del paseo matinal, donde Maria aprovecho para coger la llave.

Sigilosamente entro en la habitación, donde su abuela estaba dormida y lentamente introdujo su mano en la fina bata.

Salio a toda prisa y se dirigió al desván.

Era el momento de abrir el baúl, giro la llave lentamente y cual fue su sorpresa cuando descubrió lo que había ocultado el baúl tantos años.

Era la fotografía de aquel ser perfecto que tan solo había visto un par de veces, pero que significaba, no encontraba explicación.

Recordó que su abuela en otro tiempo estuvo ausente del lugar, pero jamás se había imaginado que aquel baúl era de sus padres.

Tenía de desvelar que se trataba pero como lo haría, si su abuela no soltaría palabra, tenia que intentarlo, para saber la verdad, quien era ese ser que le incordiaba, que quería decirle.

Salio del desván y se dirigió al salón, su Abuela se había despertado se preguntaría donde estaba, incluso se percataría que la llave ya no la poseía.

Desde las escaleras la abuela se apoyo lentamente para no caer ya que era muy anciana y se dirigió al comedor donde estaba su nieta absorta en sus pensamientos.

- Y ese baño que ¿pasa con el?-.

-Abuela tengo algo importante que decirte el baño será mejor que espere-.

-Dime, me asusta lo que tengas que decirme-.

-Te lo diré sin vacilar, he abierto el baúl-.

-Que dices te tenia prohíbo terminantemente hacerlo-.

-Pues ahora es cuando me tendrás de dar una explicación, he encontrado la foto de ese chico, un desconocido para mi, pero supongo que para ti no, verdad abuela-.

-Creo que ha llegado el momento de decirte la verdad-.

-Ese chico pertenece al pasado, es de nuestra familia y por desgracia hace tiempo que nos dejo-.

-¿Quien era abuela?-

-Tu abuelo cuando era joven, tan bello, tan enigmático-.

-No entiendo nada, ¿porque se me aparece?-.

-No quería que lo superas de esta manera pero te lo diré, me estoy muriendo y quiere llevarme con el-.

-Esta esperando mi último aliento, aquellas pisadas esos golpes esas apariciones todo esta relacionado-.

-Abuela te quiero mucho, no quiero que desaparezcas de mi vida tan pronto, me quedare sola en la vida y me produce una gran tristeza-.

Las lágrimas resbalaban por sus mejillas no podía contenerlas.

No llores es ley de vida cariño mas tenemos la certeza de que existe algo mas maravilloso en otro lugar.

Abrazo a su abuela como si aquel fuese el último momento.

- Será mejor que demos un paseo no te parece, iremos al lago donde tantas veces me hablaba de amor y veras las cosas de forma diferente-.

Se encaminaron hacia el lago y de nuevo estaba el delante de ellas con una luz muy intensa y dijo - gracias por estar con tu abuela en este instante, ha de partir-.

La abuela se desvaneció y perdió la noción del tiempo, se sintió ligera como una nube y su viejo corazón dejo de latir.

-Abuela, abuela, pronuncio palabras de desesperación-, su abuela había muerto entre sus brazos, aquel ser bello, que era su abuelo la había venido a buscar no quedaban incógnitas era el final de un sueño, hecho realidad.

Levanto la mirada y vio como aquellas dos almas se volvían a reencontrar, les quedaba un largo camino para recordar su vida, aquella vida que fue truncada a su abuelo antes de tiempo.

Recordaría este momento mágico y triste el resto de su vida.