Donde Anidan Los Sueños

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Donde anidan los sueños....
RECORDAR QUE EL AMOR ES EFÍMERO
QUE LA NOSTALGIA SE APODERA DE NUESTRO CORAZÓN
PERO LOS SUEÑOS PERMANECEN
EN LO MÁS RECÓNDITO DE NUESTRA ALMA
AQUELLA ESENCIA QUE SENTIMOS AL ALZAR LA MIRADA
EN LA POESÍA
ADENTRAROS EN MI MUNDO
DESCUBRID LA BELLEZA DE LA PASIÓN.
Elvira Mariano D Ambrosio

viernes, 17 de septiembre de 2010

Estoy Triste

Bueno estoy un poco triste ya que no he ganado el concurso Relatos de Vampiros, pero os dejo el relato para que opinéis vosotros mis queridos Lectores y Seguidores.
                              Un Vampiro De Hoy En Día
                                                                                                 
Dicen que el tiempo lo cura todo, pero mi versión es otra, la dignidad, el honor, la verdadera esencia de mi existencia, tan vaga y distante que ni siquiera logro entenderlo en los tiempos que corremos.
Nací en una familia bastante peculiar, donde la sangre era parte de nuestra existencia.
Con los años el olor de la sangre me llamaba sin cesar, entonces comprendí que mi estirpe era la de un verdadero vampiro.
Me remonto siglos atrás, cuando mis antepasados cazaban para alimentarse
Sus victimas eran pobres aldeanos sin futuro, sin esperanza y consuelo.
Sin nadie que los extrañara, como seres inanimados a la voluntad de un vampiro, un chupa sangre. ¿Que  tenían de especial  aquella gente?, aquellos aldeanos humildes que sentían miedo cada noche, eran personas  que no tenían nada, tan solo la esperanza de que aquellas muertes terminaran.
Soy lo que soy,  he de reconocerlo un vampiro, con sed de sangre.
Recuerdo  aquella tétrica escuela, donde vivíamos alejados de todos y escondiéndonos continuamente, saliendo todas las noches de luna llena.
Mi olfato aún no se había abierto a los olores de la sangre, me sentía diferente a los demás niños, más ágil,  más veloz…
Era una noche estrellada, el frío calaba mis huesos y escuche un sonido familiar, alguien que se acercaba a hurtadillas.
Sus brazos helados  se posaron en mis hombros y sentí un escalofrío de otro mundo.
Era un Vampiro pero de otro clan, quería entablar una conversación conmigo, me quede boqui abierto, ¿Qué quería de mí?
Nos dirigimos  a la tétrica  escuela, donde el ruido de la madera rechinaba por las paredes del lugar,  un lugar apartado y muy frío, donde se guardaban sus más recónditos secretos y hazañas.
-Mira chico, cuando era pequeño,  mi tutor me contó de donde procedíamos, éramos de una estirpe de vampiros muy antigua, poderosos y fuertes, más fuertes que cualquier criatura-.
-Entonces,  ¿tendré que cazar?-.
. Así es,  este es nuestro destino, para toda la eternidad-.
Tenía de enmascarar mi verdadera esencia, ante aquel ser extraño.
Aquella conversación  me dejo helado, ya ni siquiera notaba el frío de la calle, el frío que ahora sentía,  era tan helado que atravesaba los poros de mi piel.-
Nunca supe a ciencia cierta,  si aquel ser era parte de mi familia, pero sí noté aquella frialdad en su mirada, me resultaba familiar.
Tuve de abandonar mi hogar, eran demasiado evidentes aquellas muertes, me alejé de aquel entorno de sangre y muerte.
Y comprendí que todo,  no es lo que parece ser.
Mis pensamientos me retornan a otra época, donde el hombre es civilizado y el dinero lo mueve todo, el poder y la ambición del ser humano, que carece de limites.
Tendría de hacer favores a gente poderosa, que ignoran por completo quien soy.
Tampoco me lo habían preguntado, así que deje,  que el silencio formara parte de mí.
Salí de aquel lugar sin saber mí misión, ya mirarían la manera de ponerse en contacto conmigo.
Y efectivamente,  dos días después,  un mensajero mentalmente,  se comunico conmigo.
Entonces comprendí que eran vampiros, una clase de vampiros diferentes a mí, con más fuerza,  más tenaces, más preparados.
La oscuridad penetro en mí,  con tanta fuerza, empujándome al vacío de mis pensamientos más oscuros, refrescándome en la esencia de mi alma.
Un alma atormentada por los acontecimientos, pero el miedo nunca formo parte de mí, al contrario me alimentaba del miedo de los demás.
Y ahora tendría que cazar, no solo para mí, sino para otros,  que con su poder me harían retornar a mis raíces, aquellas de  las cuales no sabía a ciencia cierta.
Eran instrucciones muy estrictas que debía seguir al pie de la letra.
Se componía de tres partes: La primera de ellas, era ir a un lugar abandonado, donde me esperaban una serie de vampiros, para instruirme.
La segunda,  era la manera de hacerles saber quien era.
La tercera y última era una prueba.
Aquel lugar era un cementerio, que quedaba a las afueras del hotel donde me hospedaba.
Me dirigí al lugar y mientras me deslizaba por el asfalto, pensé en aquel vampiro que me asusto cuando era pequeño.
Era parte de mi familia, ¿Pero quien?
Al llegar al cementerio,  uno de ellos me sonrío y reconocí en él aquella mirada fría y distante, era él.
-¿Que tal Richard?-.
Richard- Bien, un poco sorprendido por su presencia ¿Qué haces aquí?-.
-Lo sabrás ahora mismo-.
Richard- Estoy deseoso-.
Un silencio aterrador discurrió entre nosotros y pude ver como sus labios musitaban alguna palabra fuera de lugar, era como si me conociese tan profundamente, por esa razón cuando era pequeño,  deje que me acompañara a la escuela.
-Empezaron a instruirme a conocer bien a mis victimas, como atraparlas y acabar con sus patéticas vidas.
Y por supuesto que supieran  quien era, me suponía un riesgo que no debía correr.
La tercera parte era la prueba, que consistía en medir mi corpulencia ante sus ojos y la fuerza que podía desencadenar en una de mis cacerías.
Había superado todas las pruebas menos una, parecía que no les importaba de momento.
-De acuerdo,  podemos empezar a trabajar-.
-Hay un vampiro muy tenaz que vive en cabaña en el bosque, le hemos estado observando desde hace algún tiempo, es de los nuestros, pero se ha desviado del camino, ya sabes tendrás de acabar con el-.
-Pero sobre todo, el sol es lo único que  puede matarlo, has de ser sigiloso y sobre todo muy tenaz, para que no se de cuenta de tu cometido-.
Richard. No comprendo, ¿Por qué matarlo?-.
-No hagas preguntas y hazlo, esperaremos noticias tuyas-..
Salí de aquel lugar y me dirigí al hotel, para tramar un plan para acabar con mi cometido, ahora me quedaba pensar, como podía hacerme amigo de aquel temido vampiro que según ellos,  los había traicionado, pero como podía matar a un vampiro, que formaba parte de un mundo místico y fantástico, el mío
Un vaso de sangre fresca,  me iría bien en aquellos momentos, así que salí a cazar.
Aquella noche era muy cálida, algo fuera de lo normal en Diciembre, las hojas de los árboles rechinaban sin cesar y un peculiar sabor se mezclaba en mi boca, un sabor amargo, un olor peculiar me atrajo hacía mi victima.
Era una mujer bellísima, sus ojos verdes resaltaban en la oscuridad de la noche, parecía un ángel indefenso, pero no me ablandaría ante tanta belleza.
Salte encima de ella y me quede inmóvil por unos instantes, recobre el aliento y hundí mis afilados colmillos en su  sabroso cuello.
Pobre muchacha, pero los remordimientos no formaban parte de mí, no debía tolerar que mi parte más débil aflorara a la superficie.
Me adentre en un bosque cercano y ví a lo lejos una extraña luz, alguien llevaba un candil para poder ver el entorno que le rodeaba.
Había una cabaña en los alrededores, me asome a la ventana y ví a  unos niños que correteaban por los pasillos.
Parecía que se lo pasaban bien y tuve la sensación,   de que nunca había sido un niño feliz, sino todo lo contrario.
Era una niña  y su hermano comprendía entre ocho y diez años de edad.
En el comedor había una especie de chimenea donde se calentaban y las brasas saltaban hacía a fuera,  dibujando unas figuras muy singulares.
La cena parecía apetitosa por la manera de comportarse los niños, que acompañados por su madre, reían sin parar y esperaban el momento del postre, ese helado de vainilla que se les deshacía entre la comisura de sus labios.
Note como me hablaban mentalmente y entonces le ví, era el vampiro que tenía que aniquilar, ¿Qué hacía allí?, entre aquellos humanos inofensivos, no lo podía entender.
              - No  poses tus alas en mi ventana-
              - No quiero salir de este encierro-
No comprendía sus palabras y entonces de un salto me adentre en el comedor, la mujer y los niños dejaron de comer el postre y bajaron la cabeza al filo de la mesa de madera. Se percibía un olor peculiar, eran unos ajos que estaban colgados en la parte izquierda de la chimenea, retrocedí unos pasos, no podía oler aquel aroma, me molestaba, me irritaba.
De repente salto sobre mí enfurecido y me musito unas palabras al oído.
-Te lo diré  solo una vez,  déjame vivir en paz, aquí he encontrado mi hogar, pese a lo que los demás vampiros de mi clan piensen, soy feliz por una vez en toda mi existencia.
-Se que has venido a matarme, hazlo si te atreves-.
Aquellas palabras me dejaron atónito, ahora sabía lo que tenía que hacer.
Richard- No voy a matarte-.
 - Necesito que envíes un mensaje de sangre a mis queridos compañeros vampiros         aquellos que no tienen lealtad,  ni a sus propios hermanos, aquellos que hunden las
      Esperanzas de la gente, que siguen los ritos antiguos de los chupa sangre.
Aquellos que burlaron las enseñanzas antiguas y ahora con el tiempo se han hecho invencibles-.
Aquellos que desean un trofeo a toda costa, que envidian que uno de los suyos hayan podido alcanzar la felicidad al lado de los humanos.
Richard- De acuerdo seré el vuestro mensajero, si así lo deseáis-.
- Así lo deseo-.
- En el cementerio al lado de una lápida de mármol, se esconde una cripta donde suelen dormir mis queridos amigos-.
-Tendrás de ser muy sigiloso y suspicaz, pues te adentraras en la cripta y veras siete ataúdes de color caoba, donde descansan-.
-A  la izquierda hay una palanca dorada con una inscripción:
            - Este es mi lugar de reposo, quien ose despertarme morirá-.
-Esa palanca activa una estaca bendecida, es una trampa mortal  para mis queridos amigos-.
Richard- No entiendo, ellos ignoran que exista tal estaca, pues esta en frente de sus narices, se supone-.
-Esta a la izquierda en un sitio escondido que solo lo se yo-.
Richard- De acuerdo-.
- No te ha de asustar esta inscripción ya que eres un vampiro, pero si por una de esas casualidades fallas, cuidado con  lo que se te avecina, pues serás tú el que será sacrificado.
-¿Lo has entendido?-.
Richard- Sí por supuesto no fallaré-.
-Pero antes de todo esperaras que sea de noche,  para entregar mi mensaje-.
Seguí las instrucciones de aquel vampiro y al anochecer me dirigí al cementerio donde al lado de la lápida,  estaban los siete mirándome extrañados, pues no había matado al vampiro como ellos esperaban.
- Bueno ya veo que no has seguido nuestras órdenes-.
Richard- No, en cambio os traigo un mensaje de sangre,  de parte de vuestro querido amigo el vampiro-.
-¿Que clase de mensaje?
Richard- Esperarle en la cripta, sino lo hacéis, moriréis sin piedad.
Sus risas chocaban con el silencio y de repente una de ellos musito que se ha creído que es ese patán, nadie puede venir aquí a amenazarnos.
- Esperaremos,  pero la sorpresa se la llevara el-.
Salí de aquel lugar sin ningún rasguño, pensé les he defraudado, tal vez esperaran a darme una lección más tarde-
Me dirigí de nuevo a la cabaña para encontrarme con el vampiro y decirle que había enviado su mensaje.
Estaba de pié junto a la cabaña, su mirada era  fría y distante, como perdida, como si maquinara un plan y sabía a ciencia cierta que formaría parte de él.
-Querido amigo ya has vuelto, he de comunicarte algo importante.
.Richard- ¿Dime?-.
-Eres mi hermano. Somos como los lobos amigo mío, vamos en manadas, tenemos vínculos que nos unen, recuérdalo siempre-.
Richard. No lo olvidaré-.
Richard- No me has dicho tu nombre, me gustaría saberlo-.
-Me llamo Edgard-.
Había llevado el mensaje como me pidió y un instante pensé, no será  una trampa despiadada,  no me fiaba ni de mi sombra, aunque había sido sincero conmigo, leal y sobre todo era uno de los míos.
Richard- Ya he dicho mi cometido Edgard, ahora que ¿Qué debo hacer?-.
Edgard- Esperar amigo mío a que anochezca y sigue al pie de la letra el plan, del que habíamos hablando en su momento-.
Empezó a llover a cantaros y nos resguardamos en la cabaña, mientras su mujer preparaba la cena, me recosté en una especie de sofá.
Ella estaba al corriente de lo que acontecería aquella noche y muy amablemente dijo, la cena esta servida.
Tenía muy buena pinta y la servía en una bandeja de plata antigua y a la derecha de la mesa, había unos candelabros plateados, y el aroma del vino, hacía pensar que sería una cena deliciosa en buena compañía, los niños correteaban sin parar, sin darse cuenta que molestaban.
Edgard- Parad de una vez, no veis que tenemos invitados-.
Se detuvieron y se sentaron a la mesa y pudimos disfrutar del manjar que tan espléndidamente nos había preparado su mujer.
Richard- Esta exquisito-.
- Gracias es un placer tener un invitado, hace años que nadie se acercaba a este lugar-.
Entonces dejo de llover, las gotas de agua habían empañado los cristales y no podía visualizar el entorno del lugar.
Me despedí de ellos y me adentré en el bosque, de camino al cementerio, a la cripta donde les tendería una trampa a los Vampiros, que esperaban que Edgard apareciera, ¿cual sería la sorpresa al verme a mí?
Baje por unos sótanos hasta llegar a la cripta y allí estaba aquella palanca escondida, en un pequeño rincón que ellos ignoraban.
Descansaban cómodamente en los ataúdes de caoba y era el momento de actuar, pero no entendía una cosa, ¿porque no estaban esperando a Edgard?
Acaso era una trampa tenía que cerciorarme antes de acercarme.
Y efectivamente al momento de percatarse de mi presencia, se balancearon hacía mí, Edgard me lo había advertido,  que podía pasarme algo parecido.
Sus afilados colmillos intentaron penetrar en mí, pero una fuerza descomunal se apodero de mí y entonces de repente la luna se escondió y el alba estaba a punto de aparecer, como una ayuda inesperada, los vampiros se recostaron en sus ataúdes y por fin pude activar la palanca.
Sus cuerpos empezaron uno a uno a desintegrarse y yo no estaba a salvo, todavía tenía de volver al bosque……..
Note un frío sobrecogedor  y utilice mis alas para volar hacía la cabaña, donde mi amigo Edgard me agradecería, lo que había hecho por el.
Una vez en la cabaña las cosas,   no eran lo que esperaba, me estaba esperando si, pero su mirada reflejaba odio, un odio que no lograba entender.
Edgard- Me has liberado de aquellos vampiros, pero lo que no sabes es que yo no era la presa, sino tú, si amigo mío, he logrado engañarte hasta el final-.
Richard- No tan deprisa, te cale solo verte, he seguido tu juego hasta hora, pero ahora no me queda otro remedio que acabar contigo, pensabas que eras como yo, te equivocas, vengo de una raza de Vampiros, más fuertes que tú-.
                 Richard- No sobrevivirás a mi ataque-.
Richard- Has hecho que matara a aquellos Vampiros, pero tu muerte será más cruel, más inhumana-.
Me abalance sobre el, aunque sus ataques eran fuertes, no podía permitir que Edgard se saliera con la suya.
 Utilicé la luz del alba y atravesé su cuello con mis afilados colmillos, la luna llena era mi aliada en aquellos momentos, mi cómplice.
Así que le derrote, gracias a la luz del día. Algo con lo que no había contado, pues pensaría que la luz acabaría conmigo.
Recordé entonces, a aquellos aldeanos a manos de un Vampiro despiadado, sin honor, ni piedad, abusando y arrasando la aldea sin piedad.
Edgard me había dado la oportunidad de acabar con el. Fue un iluso que no sabia que mi cometido,  era darle caza, ahora se había acabado mi venganza.
Porque fui criado por uno de los aldeanos, que perdió su vida a manos de Edgard.
Ya  había vengado a toda la aldea, ahora podía seguir mi camino.
Os preguntareis porque a mí la luz del día no me afectaba, la respuesta es que aunque soy un Vampiro de una gran estirpe, en los tiempos que vivimos, tan solo soy un Vampiro de hoy en día.

Poemas A Pablo Neuda

Poemas A Pablo Neuda
Gracias por tener el placer de haber contribuido a este homenaje A Pablo Neruda

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Antología de mis poesías

El Diván de la nostalgia

El Gran Cultivador

El Gran Cultivador
Autor :Jordi Matamoros Sanchez

EL SUEÑO

Una magia desconocida para mi,

note como se me erizaban mis sentidos,

Era el mundo de los sueños.

De repente note como si me desplazara

a otro lugar, un lugar en el que jamas

habia estado.

Era una pequeña casa lejos de todo.

Donde resoplaba el viento suavemente.

No sentia miedo sino una especie de latido

que me recorria el cuerpo.

Delante de mi habia un arbol centenario

en el cual se escuchaban voces lejanas.

Como si de un cuento se tratara, en el que

estaba sumergida.

Habia un lago a lo lejos donde miles de hadas

Bailaban jugaban.

Era maravilloso era excepcional.

Decidi adentrarme en aquel lago

y me di cuenta que habia alguien

al otro lado.

Era alguien que conoci en otro tiempo

Alguien al que recordaba con cariño.

Donde habia ido a parar?

A un lugar donde viajaremos todos sin

Excepcion.

Era mi padre aquel ser al que habia amado

con todas mis fuerzas.

Me miro y note que me habia reconocido.

Desperte de aquel sueño y todavía aun

Lo recuerdo como si fuese ayer.

Archivo del blog

El Desvan


Note que se me estremecía el alma, ante aquel ser perfecto.

Como salido de un cuento de hadas.

Me miro con sus ojos almendrados de un azul deslumbrante

Penetrando en mí como una lanza.

Sentí como mi corazón palpitaba sin cesar, cerré los ojos y ya no estaba cuando alce la mirada de nuevo.

Me preguntaba donde había ido tan sutil, Tan bello.

Estaba soñando o tal vez no era un sueño.

Como averiguarlo.

Le buscaría ese era ahora mi objetivo encontrarle, aunque tuviera de recorrer el mundo entero.

Pero donde buscarle no sabia por donde empezar.

Por la mañana tendría de salir urgentemente a casa de mi anciana abuela.

Hacia años que no la visitaba aunque no me lo tenía en cuenta sentía la nostalgia del pasado dentro de mí.

Un pasado que volvía para recordarme a mis padres, aquellos seres maravillosos que por desgracia ya no estaban, un accidente de tráfico acabo con ellos.

Por fin vería a mi abuela, tan sutil, tan amable, había sido una mujer muy bella y aun lo seguía siendo, a pesar de los años que tenía.

Después de un largo camino la tenia delante de mí, me sonrío y me hizo pasar al salón.

-Abuela: Cuanto tiempo mi amor sin venir a visitar a tu anciana abuela ¿Cómo Estas?-.

- Muy bien abuela disculpa por haber dejado de venir a verte ya sabes me trae muchos recuerdos este lugar-.

-Abuela; Le comprendo hija-.

-Abuela; Pero siéntate ¿quieres una taza de te?-.

-Si abuela te lo agradecería-.

Seguía absorta en sus pensamientos, mirando la casa, aquel salón que le retornaba a su infancia.

Una infancia plagada de sentimientos, risas y sobre todo juego.

Recordaba aquel columpio que tantas veces había utilizado.

Como golpeaban sus pies en el suelo y rebotaban con un ruido peculiar contra el suelo.

Era hora de descansar el viaje había sido muy largo y María, necesitaba coger fuerzas para afrontar todo lo que le sucedería.

La noche era fría mas de lo habitual y se oían a lo lejos ruidos que hacían que María no lograra conciliar el sueño.

Se incorporo de un sobresalto, recogió su pelo, su hermoso cabello de color como el oro , se miraba en el espejo y noto como los años iban dejando huella en su rostro, aunque aun era joven tendría de aprovechar el tiempo.

Decidió salir al jardín y exhausta con sus pensamiento percibio unas pisadas, le entro el pánico y corrió hacia la casa, donde al acercarse a la puerta estaba su abuela de pie mirándola extrañada.

-Abuela; ¿Que te pasa?-.

-Abuela; A que viene esta desesperación-.

-No podía dormir abuela y he oído unas pisadas extrañas hay fuera-.

Abuela; Vamos, Vamos a la cama, son imaginaciones tuyas.

Se fue sin rechistar hacia la habitación una habitación un poco tétrica, antigua con los muebles comidos por la carcoma.

Mañana Será otro DIA pensó y entre pensamiento y pensamiento logro conciliar el sueño.

Recordaba un viejo desván pero no exactamente el lugar preciso donde se hallaba.

-Hora de desayunar, vamos que sino no llegaremos-.

- A donde hemos de ir, me gusta la tranquilidad-.

-Abuela: Ya lo veras te hará ilusión confía en mi-.

Que le había preparado su abuela era un misterio.

Salieron a toda prisa de la casa y se dirigieron a un lugar donde resoplaba el viento y los pájaros cantaban hermosas melodías, un lago a lo lejos le hizo recordar su pasado.

Se sentó junto a su abuela en un banco de madera y mirando hacia el suelo veía como las hojas rechinaban al pisarlas, sintió un escalofrío que le inundo todo su ser.

Al alzar la mirada esta el delante de ella como una estatua de marfil, Tan bello, tan efímero, que se asusto.

-¿Quien eres?-.

Pero no obtuvo contestación.

Se esfumo al igual que había aparecido, que extraño era todo aquello.

-Abuela, quien era ese chico tan perfecto que estaba mirándonos-.

-A quien te refieres no he visto a nadie, es que acaso tienes fiebre-.

-Le he visto, no lo dudaría ni un momento, no estoy loca sabes, aunque un poco absorta en mis pensamientos, Será eso-.

No dudaba de su cordura pero lo había visto dos veces en su Vida ¿era una coincidencia?, ¿tendría relación con su abuela? se hacia tantas preguntas que tendría que averiguar que pasaba.

Al llegar la noche decidió salir de nuevo al patio, haber que le deparaba la noche, una de aquellas noches nítidas, despejadas,

Se sentó en el columpio como tantas veces había hecho de niña, dejando volar su imaginación.

Siempre había tenido una imaginación fuera de lo normal, decían que había sido una niña soñadora y no se equivocaban, tal vez era fruto de su imaginación, pero no era el caso, esta vez era real.

Recordó donde se encontraba aquel desván apartado de la casa, tan solo tenia de seguir su intuición, que nunca le había fallado.

Entro suavemente arrastrando sus pequeños pies, para no hacer el mínimo ruido, que se escondía en aquel lugar.

Eran de madera sus paredes, hasta aquel baúl que relucía a lo lejos que escondería, tenia un candado, pero donde se hallaría la llave, tendría de encontrarla, tal vez ahí estaban las respuestas a sus preguntas.

Sintió un escalofrío por su cuello, no se atreve a girarse es como si en aquel lugar, se hallara algo que reconocía, aquel olor le era familiar.

Era un olor suave perfumado de antaño, irreconocible.

Presa del pánico corre hacia la casa, asustada, pero tendrá de disimular delante de su abuela, no será nada fácil.

Lentamente con paso seguro entra en la casa y se dirige a su habitación, tiene que pensar donde hallar la llave del baúl.

Pensó donde hallarla tal vez esta escondida en un sitio seguro y tal vez su Abuela tenia una noción de ello.

Cuando su abuela se fue a dormir, sigilosamente bajo por la escalera lentamente para no despertar sospecha.

Se dirigió a la puerta de entrada y salio al patio.

No sabía por donde empezar y de pronto se le ocurrió que podía estar debajo de aquel columpio de madera, que tantas veces se había columpiado.

Escarbo en la tierra y por fin hallo la llave que tenía una inscripción: No abras el Candado.

Corriendo salio de aquel lugar y se dirigió al desván para abrir el candado que poseía el baúl.

Le temblaba las manos y de repente esta detrás de ella su abuela, mirándola fijamente.

-¿Qué crees que estas haciendo?-.

-Abuela nada tan solo tenia curiosidad por saber que se esconde en este viejo baúl-.

-Esto no te incumbe respondió la abuela con un aire de superioridad-.

Salio del desván a toda prisa asustada ante los acontecimientos porque su abuela actuaba así, que escondía tenía de averiguarlo, pero no era el momento, buscaría el momento apropiado.

Corrió hacia su habitación presa del pánico y cerro el pestillo golpeando sin cesar la puerta la abuela, desde el otro lado le dijo unas palabras un poco extrañas.

- Que crees que haces, rebuscar entre mis cosas, mis cosas son mías y no debes volver al desván están son mis reglas si decides quedarte a vivir aquí-.

No musito palabra solo un suspiro se escapo de sus labios.

No entendía la actitud de su abuela pero lograría dar con la verdad.

-¿María? -

- Si abuela-

Que quería su abuela después de lo que sucedió la noche pasada un escalofrío recorrió su cuerpo.

-Ya voy abuela espera que me vista- Será un momento-.

Bajo las escaleras de dos en dos y se dirigió al salón donde estaba su abuela.

-Abuela disculpa no quería hurgar entre tus cosas pero tengo curiosidad por saber que hay en el baúl-.

-Me enfade un poco la verdad pero quiero que me prometas que seguirás al pie de la letra mis indicaciones, sino de lo contrario habrás de abandonar esta casa-.

No entendía aquellas palabras, lo que había en ese baúl tenia de ser un secreto muy importante para que su abuela no lo compartiera con ella.

No se quedaría quieta ahora mas que nunca tenía que indagar.

Espero a que la abuela fuera a dar un paseo como solía hacer y ella aprovecharía para encontrar la llave y por fin abrir el baúl.

- Voy a salir no tardare mucho-.

Era el momento de ir a la habitación de la abuela a buscar la llave, abrió los cajones uno por uno y no la hallo.

Maldita sea ¿donde estará esa maldita llave?

Seguro que la lleva encima vaya desastre ahora que puedo hacer.

Sintió como se abría la puerta de entrada, era su abuela que volvía del paseo.

Abuela ya estas aquí que pronto has venido, estarás cansada porque no te estiras un rato mientras te preparo el baño.

La abuela asintió con la cabeza y se retiro a sus aposentos a la espera de aquel baño gratificante.

Se quedo exhausta después del paseo matinal, donde Maria aprovecho para coger la llave.

Sigilosamente entro en la habitación, donde su abuela estaba dormida y lentamente introdujo su mano en la fina bata.

Salio a toda prisa y se dirigió al desván.

Era el momento de abrir el baúl, giro la llave lentamente y cual fue su sorpresa cuando descubrió lo que había ocultado el baúl tantos años.

Era la fotografía de aquel ser perfecto que tan solo había visto un par de veces, pero que significaba, no encontraba explicación.

Recordó que su abuela en otro tiempo estuvo ausente del lugar, pero jamás se había imaginado que aquel baúl era de sus padres.

Tenía de desvelar que se trataba pero como lo haría, si su abuela no soltaría palabra, tenia que intentarlo, para saber la verdad, quien era ese ser que le incordiaba, que quería decirle.

Salio del desván y se dirigió al salón, su Abuela se había despertado se preguntaría donde estaba, incluso se percataría que la llave ya no la poseía.

Desde las escaleras la abuela se apoyo lentamente para no caer ya que era muy anciana y se dirigió al comedor donde estaba su nieta absorta en sus pensamientos.

- Y ese baño que ¿pasa con el?-.

-Abuela tengo algo importante que decirte el baño será mejor que espere-.

-Dime, me asusta lo que tengas que decirme-.

-Te lo diré sin vacilar, he abierto el baúl-.

-Que dices te tenia prohíbo terminantemente hacerlo-.

-Pues ahora es cuando me tendrás de dar una explicación, he encontrado la foto de ese chico, un desconocido para mi, pero supongo que para ti no, verdad abuela-.

-Creo que ha llegado el momento de decirte la verdad-.

-Ese chico pertenece al pasado, es de nuestra familia y por desgracia hace tiempo que nos dejo-.

-¿Quien era abuela?-

-Tu abuelo cuando era joven, tan bello, tan enigmático-.

-No entiendo nada, ¿porque se me aparece?-.

-No quería que lo superas de esta manera pero te lo diré, me estoy muriendo y quiere llevarme con el-.

-Esta esperando mi último aliento, aquellas pisadas esos golpes esas apariciones todo esta relacionado-.

-Abuela te quiero mucho, no quiero que desaparezcas de mi vida tan pronto, me quedare sola en la vida y me produce una gran tristeza-.

Las lágrimas resbalaban por sus mejillas no podía contenerlas.

No llores es ley de vida cariño mas tenemos la certeza de que existe algo mas maravilloso en otro lugar.

Abrazo a su abuela como si aquel fuese el último momento.

- Será mejor que demos un paseo no te parece, iremos al lago donde tantas veces me hablaba de amor y veras las cosas de forma diferente-.

Se encaminaron hacia el lago y de nuevo estaba el delante de ellas con una luz muy intensa y dijo - gracias por estar con tu abuela en este instante, ha de partir-.

La abuela se desvaneció y perdió la noción del tiempo, se sintió ligera como una nube y su viejo corazón dejo de latir.

-Abuela, abuela, pronuncio palabras de desesperación-, su abuela había muerto entre sus brazos, aquel ser bello, que era su abuelo la había venido a buscar no quedaban incógnitas era el final de un sueño, hecho realidad.

Levanto la mirada y vio como aquellas dos almas se volvían a reencontrar, les quedaba un largo camino para recordar su vida, aquella vida que fue truncada a su abuelo antes de tiempo.

Recordaría este momento mágico y triste el resto de su vida.